Motivación

Tal vez resulte un tanto extraño tratar de entender la palabra. Según su etimología se origina del prefijo “moverse a”. De manera que una motivación es el movimiento o la actitud para llegar a un objetivo material o inmaterial. Pero cómo es que llega esa razón por la que se activa la voluntad que tiene su origen en el “hacer por propio deseo”.

Las necesidades del cuerpo como el comer, dormir y otras, no son problema de motivación o de actuar para conseguirlo. Pues siempre alguien la proporciona cuando somos niños o cuando se es adulto se proveerá él mismo por sus propios medios. La interpretación de motivación en el ámbito del desarrollo humano entendido como el crecimiento de habilidades, conocimiento y destrezas para funcionar en armonía con su mundo interno y externo, no se refiere en este caso a la incursión en una empresa o actividad material. Hablamos de cómo el aumento de esas habilidades funciona en plenitud en el espíritu del hombre. El espíritu que necesita para darle sentido a su vida.

En la idea de motivación se incluye un interés personal del cual fluirá el pensamiento de cómo llegar a esa meta. Puede ser que en muchos casos se cuestione para qué o por qué habrá que conseguirlo, lo cual parecería lo más lógico si se quiere tener éxito. Pero lo cierto es que en la mayor parte del tiempo el ser humano actúa por deseos, válidos o no. Al percibir en el medio externo la idea de tener o poseer algo, comienza la motivación.

No hay nada que se pueda hacer si un motivo. El cuerpo y la mente no se moverán si el objetivo no toca una fibra que mueva realmente un interés vivo por aquello. Porque si bien hay cuestiones en donde la motivación resulta ser forzosa como el trabajar o comer. Lo interesante es que ésta será tan grande como la persona quiera que sea. De tal suerte que si no siente un interés o una curiosidad por algo o alguien, difícilmente se podrá contar con el éxito deseado.

Si no hay una motivación real que mueva el espíritu de la persona lo único que se podrá obtener de ella será lo mínimo por el mínimo esfuerzo. No se generará ni siquiera la intención de esfuerzo o coraje por crecer,  por desarrollar aquello que le permita caminar hacia lo que más desea o quiere.

El ser humano, sin este ingrediente tan importante, tendrá que buscar el por qué o para qué desea esforzarse para conseguir o recibir. Sin esto es muy probable que la persona crezca de manera mediocre o conformista.

Cuando somos niños lo hacemos para complacer a nuestros padres; éstos lo hacen porque es por ley o porque es una costumbre que los niños deban ir a la escuela o porque necesitamos que estén guardados en algún lugar mientras obtenemos lo suficiente para mantener un nivel de vida deseado. Esas pueden ser motivaciones válidas o no, eso cada quien lo decide, pero la fuerza que genera toda acción debe ser tan grande que pueda sobreponerse a cualquier dificultad y obstáculo, punto en el que también se necesita que ese querer hacerlo sea tan fuerte como para que se haga acompañar de herramientas como el conocimiento y la destreza. Y estén a su servicio para mejor acomodo de sus decisiones o determinaciones.

Los deseos o motivos personales serán siempre los más fáciles y sin un esfuerzo constante, son volátiles y desaparecen cuando quedan satisfechos, no hay nada más adelante que genere seguir creciendo como ser humano. En este sentido el espíritu del hombre puede no crecer, estancarse. Porque no necesariamente quien tiene todo lo material cubierto es una persona plena en su espíritu. Entendiendo como espíritu aquella fuerza que nace de un motivo suficientemente fuerte para resistir los obstáculos y la frustración.

La motivación debe contener el esfuerzo por seguir aquello que desea sin menoscabo de obstáculos o reticencias en el camino. El proceso por el cual puede llegar a esta meta, resultará mucho más benéfico que la meta misma. Porque al ver su objetivo aproximarse su motivación será otra y el objetivo también y su carácter se habrá fortalecido.

No tener motivación implica el no avance de la persona, el no recorrer el camino por el cual puede obtener ese fin y resultará muy difícil que otra persona pueda o quiera ayudar a otra, si en sí mismo el espíritu del hacer no está bien descrito en el interior de cada uno.

Entre más esfuerzo más fuerte y entre más fuerte aumenta el poder y la confianza en obtener lo que se quiere. Por eso es importante para la motivación contestar:

¿Por qué tengo interés en hacer eso? y

¿Para qué quiero conseguirlo?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>