Archivos de la categoría Desarrollo humano

Los buenos propósitos de cada año

board-propositos

 

 

Tal vez no debería existir una lista de buenos propósitos, sino una lista de logros que nos indiquen que seguimos vivos. Las buenas intenciones de cada año no sólo enumeran lo mismo con pequeños o ningún cambio sino que es un fastidioso pliego de frustraciones, errores y nostalgias. De qué serviría hacer esto si siempre es justificable cada año. Nunca se eliminan las nuevas o viejas miserias, nudos existenciales y los proyectos de vida que al comienzo son de gran entusiasmo regresan al baúl de los recuerdos, siguiendo así el círculo vicioso que termina cada año en autocompasión.

Qué más da gordos o delgados, emprendedores o no. Lo que caminamos en el año es lo que cuenta, si a nuestro único y universal juicio hemos avanzado, todo está bien, no hay ganadores o perdedores. Ni tampoco hay conformistas o ambiciosos. Simplemente personas gozosas de lo que hacen y en esa medida también su retribución material o inmaterial se reflejará en su vida.

Así de fácil. Hacer una planeación de un proyecto es válido, menos tropiezos y más posibilidad de éxito. Pero qué hay del espíritu del hombre, esos pequeños comportamientos que construyen las buenas decisiones y la armonía con el exterior. Uno que se edifica día a día tiende a ser más feliz y satisfecho, haciendo de sus tareas su propio proyecto de vida.

Es decir, si queremos que realmente algo funcione entonces el trabajo será interno, siempre hacia adentro, analizando qué es lo que nos llevó a ser obesos o a dejar el ejercicio o a gastar más. Seguro que habrá siempre algo muy dentro de cada uno que sabe la causa original de aquellos buenos propósitos que siempre hacemos cada año y nunca se cumplen.

Y por qué no, la lista podría contener las causas verdaderas de aquellos efectos que siempre se pretenden borrar cada año. Es fácil decirlo pero tener la humildad quizás cueste mucho más, porque en el fondo a quién le gusta darse cuenta de todas sus miserias, errores de conducta y comportamientos. Creo que a nadie, si no se tiene esa humildad consigo mismo, esa honestidad de hierro que nos permita vernos como en un espejo y realmente aceptar que somos el contenedor de todo lo que nos pasa y de esta manera no se llegará a fin de año con la tonta lista de buenos propósitos.

La lista podría tener otra modalidad, es decir, por qué no medir por nuestros actos y decisiones, la práctica de la tolerancia, paciencia, prudencia, constancia, empatía, voluntad y todos aquellos valores que nos hacen humanos y acrecientan el espíritu.

Si no respondemos a la ira en los momentos de enojo se está practicando la prudencia, si reflexionamos y analizamos antes de hablar o actuar se ejercita la razón, si hay respeto para el otro se manifiesta la tolerancia y continuar así con esto, se caerá en la cuenta de qué tanto podemos cambiar lo que siempre nos incomoda o molesta.

Así que una lista de buenos propósitos será un ejercicio diario y no esperar a que todo toque fondo y se sienta culpa por tantas pobres decisiones que se toman cuando sólo el gusto y la complacencia miden el comportamiento. De esta manera el placer efímero de las tentaciones tenderá a desaparecer.

La práctica de los valores que nos convierten en humanos, hacen de cada persona una virtuosa en la vida, con toma de decisiones que evitarán fugas de energía, fastidio y vicios. Los profesionistas de la salud serán sólo guías de prevención y mantenimiento. No serán reparadores de vanidades, excesos y todo aquello que evita el disfrute de la vida en toda su plenitud.

http://blog.eltriangulo.mx/cumple-tus-propositos/

La memoria

La memoria es una suerte de bodega cerebral dicen que con un poder de almacenamiento indescriptible. Es el archivo de la vida y cada ser tiene la propia. Porque qué sería ese ser vivo sin un algo que le diga lo que es y lo que va construyendo.

Contiene recuerdos, siempre recuerdos porque todo al pensarse y hacerse, en ese mismo instante, se vuelve un pasado confinado, bajo llave. La memoria se puede entrenar, ejercitarse como todo músculo. Debe hacerse porque siempre necesita alimentarse de cuestiones novedosas e interesantes y de eso que impacta y emociona.

Aunque también es defensora de experiencias desagradables, lo tóxico se olvida en el subconsciente, en un archivo muerto, no olvidado sino simplemente abandonado, arrinconado, eso dicen los conocedores del mecanismo de la mente. Y si el “conócete a ti mismo” funcionara como lo pregonaba Sócrates, fácilmente encontraríamos el camino que nos molesta. De lo que queremos soltar y que nos da miedo porque quizás nos convierta en un nadie, en una nada. Desconectados y sin poder funcionar porque no tendríamos roce con un mundo, con el exterior. Así que en el camino de la vida será siempre importante fortalecerla y desechar todo aquello que ponga en riesgo la plenitud del ser humano, nuestra plenitud.

Ella es la que nos permite seguir adelante. Quererse y respetarse es vital. Nutrirla con cuestiones bellas, inteligentes, útiles y valiosas. Porque todo eso que se acumule fortalecerá el espíritu. Sin éste, la memoria sólo actuará sobre caminos de amontonamiento efímero que aunque placentero finalmente será doloroso y vacío. Y no importará una gran suma de experiencias guardadas, el crecimiento interno será nulo porque la memoria sólo tendrá chatarra sobre la senda.

Este cofre lleva, lo que recuerda el ser humano y vive con eso que contiene. Son sus modelos a seguir. Vive de lo que se acuerda y de lo que sabe hacer, perfecciona procesos que ayuda a la sofisticación en su manera de almacenar. Marca actitudes, habilidades.

Y aunque en su complejidad existan debilidad y fortaleza. La suma de todo lo aprendido hará que ambas corran un solo camino. Mucho de esto reside en los buenos hábitos, la repetición y la constancia que desarrollarán un orden de ideas adecuadas para organizar, concentrar y recordar.

Constantemente hay que alimentarla, pero en un proceso selectivo, es decir, si los nutrientes de la memoria son basura, el comportamiento y la actitud también lo serán. Así que una tarea para el buen desarrollo de todo humano siempre será nutrir esa caja llamada memoria con todo lo que permita avanzar y realizar lo soñado, pensado o sentido. Es una parte importante de la inteligencia porque será ella la que tome de la memoria el proceso a seguir en la vida.

Si la persona llega al hastío, a la rutina, a soltar intereses vanos, la actividad cerebral hará que la memoria se debilite. La persona entristece y el cuerpo sufre de aquello que no recuerda o que no tiene porque lo creyó inútil, de lo que se ha ido por desilusión, coraje o por impactante y doloroso. El miedo y el temor bloquean la memoria y le impiden establecer una normalidad en su vida.

La memoria no tiene intenciones, sólo almacena. La voluntad de vivir y el interés que conlleva la reaniman y la templa. La ciencia resulta ser fría y ayuda por supuesto pero lo que detona el avispamiento de la memoria, no es la inteligencia no, es la energía vital de la voluntad lo que dispara el lanzamiento de lo que se tiene en ese baúl y que junto con la inteligencia y el conocimiento adquirido sabrá cómo, por qué y para qué habrá que utilizar lo que se ha quedado en esa memoria.

La confianza que otorga es única pues mide detalles, voces, rostros, actitudes, cómo comer, dormir, reír, soñar, es la persona misma. Una emoción o un detalle externo pueden abrir puertas de recuerdos que nos harán seguir o parar, arrepentirnos o llorar. Ella da a cada persona la descripción misma del mundo. Todo lo que pasa a través de la percepción, sentidos, pensamientos, todo queda registrado en ella. Es parte de uno mismo, sin ella difícilmente los proyectos y deseos continuarían no habría ningún lazo entre nadie ni con uno ni con el otro ni con nada. La memoria recuerda olores sabores, sentimientos, resentimientos, lo negativo lo positivo, valores. La continuidad de lo que somos se pierde. Es como la brújula de nuestro barco y sin ese timón la vida no se controla, no se reformaría. Imposible enmendarla hacerla crecer. Es la biblioteca de la vida y durante este camino va constantemente cambiando de unos libros por otros unas herramientas por otras, aumenta la agenda de personas que conocemos y con las cuales tendremos conexiones no importa si buenas o malas. La conexión de la memoria con la vida es tan importante que sin su contenido tampoco se hallarían causas o soluciones.

Cómo no atesorarla y cuidarla. Nutrirla y amarla. Esta será quizá una de nuestras más valiosas pertenencias que nos llevaremos al final del camino. Nos dirá si valió la pena esta gran aventura que es vivir.

Motivación

Tal vez resulte un tanto extraño tratar de entender la palabra. Según su etimología se origina del prefijo “moverse a”. De manera que una motivación es el movimiento o la actitud para llegar a un objetivo material o inmaterial. Pero cómo es que llega esa razón por la que se activa la voluntad que tiene su origen en el “hacer por propio deseo”.

Las necesidades del cuerpo como el comer, dormir y otras, no son problema de motivación o de actuar para conseguirlo. Pues siempre alguien la proporciona cuando somos niños o cuando se es adulto se proveerá él mismo por sus propios medios. La interpretación de motivación en el ámbito del desarrollo humano entendido como el crecimiento de habilidades, conocimiento y destrezas para funcionar en armonía con su mundo interno y externo, no se refiere en este caso a la incursión en una empresa o actividad material. Hablamos de cómo el aumento de esas habilidades funciona en plenitud en el espíritu del hombre. El espíritu que necesita para darle sentido a su vida.

En la idea de motivación se incluye un interés personal del cual fluirá el pensamiento de cómo llegar a esa meta. Puede ser que en muchos casos se cuestione para qué o por qué habrá que conseguirlo, lo cual parecería lo más lógico si se quiere tener éxito. Pero lo cierto es que en la mayor parte del tiempo el ser humano actúa por deseos, válidos o no. Al percibir en el medio externo la idea de tener o poseer algo, comienza la motivación.

No hay nada que se pueda hacer si un motivo. El cuerpo y la mente no se moverán si el objetivo no toca una fibra que mueva realmente un interés vivo por aquello. Porque si bien hay cuestiones en donde la motivación resulta ser forzosa como el trabajar o comer. Lo interesante es que ésta será tan grande como la persona quiera que sea. De tal suerte que si no siente un interés o una curiosidad por algo o alguien, difícilmente se podrá contar con el éxito deseado.

Si no hay una motivación real que mueva el espíritu de la persona lo único que se podrá obtener de ella será lo mínimo por el mínimo esfuerzo. No se generará ni siquiera la intención de esfuerzo o coraje por crecer,  por desarrollar aquello que le permita caminar hacia lo que más desea o quiere.

El ser humano, sin este ingrediente tan importante, tendrá que buscar el por qué o para qué desea esforzarse para conseguir o recibir. Sin esto es muy probable que la persona crezca de manera mediocre o conformista.

Cuando somos niños lo hacemos para complacer a nuestros padres; éstos lo hacen porque es por ley o porque es una costumbre que los niños deban ir a la escuela o porque necesitamos que estén guardados en algún lugar mientras obtenemos lo suficiente para mantener un nivel de vida deseado. Esas pueden ser motivaciones válidas o no, eso cada quien lo decide, pero la fuerza que genera toda acción debe ser tan grande que pueda sobreponerse a cualquier dificultad y obstáculo, punto en el que también se necesita que ese querer hacerlo sea tan fuerte como para que se haga acompañar de herramientas como el conocimiento y la destreza. Y estén a su servicio para mejor acomodo de sus decisiones o determinaciones.

Los deseos o motivos personales serán siempre los más fáciles y sin un esfuerzo constante, son volátiles y desaparecen cuando quedan satisfechos, no hay nada más adelante que genere seguir creciendo como ser humano. En este sentido el espíritu del hombre puede no crecer, estancarse. Porque no necesariamente quien tiene todo lo material cubierto es una persona plena en su espíritu. Entendiendo como espíritu aquella fuerza que nace de un motivo suficientemente fuerte para resistir los obstáculos y la frustración.

La motivación debe contener el esfuerzo por seguir aquello que desea sin menoscabo de obstáculos o reticencias en el camino. El proceso por el cual puede llegar a esta meta, resultará mucho más benéfico que la meta misma. Porque al ver su objetivo aproximarse su motivación será otra y el objetivo también y su carácter se habrá fortalecido.

No tener motivación implica el no avance de la persona, el no recorrer el camino por el cual puede obtener ese fin y resultará muy difícil que otra persona pueda o quiera ayudar a otra, si en sí mismo el espíritu del hacer no está bien descrito en el interior de cada uno.

Entre más esfuerzo más fuerte y entre más fuerte aumenta el poder y la confianza en obtener lo que se quiere. Por eso es importante para la motivación contestar:

¿Por qué tengo interés en hacer eso? y

¿Para qué quiero conseguirlo?

¿Cómo se piensa el desarrollo humano?

El concepto de Desarrollo Humano tiene  implicaciones diferentes. La mayodesarrollo_humano1ría lo ve desde la visión material de obtención de empleo, la creación de una empresa que redundará en beneficios monetarios junto con la ampliación de poder de consumo y estatus envidiable. Todo esto llamado éxito.
Pero la verdad es que junto a este CRECIMIENTO, proceso que inicia desde el nacimiento, están las experiencias, educación, sustento, cobijo y una familia que proteja todo esto con buena voluntad y amor por mencionar algunos valores.
Cada uno de los pasos que dará una persona será el camino que vaya construyendo primero en el seno familiar y luego interactuando con los diferentes círculos en los que irá conociendo maneras de irse levantando. Es una meta que requiere del esfuerzo de muchas personas primero y después estará a cargo de la persona misma pero sobre la cimentación que haya adquirido.
En este contexto será preciso determinar el sentido de desarrollo humano, es decir, al crecimiento de todas esas habilidades, sensibilidades y emociones que hacen del hombre como especie, su transformación de ser humano en contacto con la realidad cotidiana.
El hombre al nacer se establece en un mundo con una enorme variedad de habilidades y destrezas debajo del brazo. Desde su cuerpo y todo lo que contiene. Órganos voluntarios e involuntarios y demás sentidos que le permitirán percibir su cosmos desde su muy particular punto de vista, creando así una interpretación única; comenzando a recolectar a través de vivencias un gran número de “herramientas” que guardará en la caja de su propia vida. Esas que junto con su vida familiar, su entorno y su educación le darán todo el desenvolvimiento de que pueda ser capaz.
Se puede indicar en muchos aspectos que una persona tiene un desarrollo estándar cuando es exitoso en los ámbitos que frecuenta. Y aunque la opinión de éxito es muy variada. Aquí no se hablará en términos materiales. Sino que a partir de formas materiales se entenderá cómo es que el hombre puede interactuar de manera armoniosa con su propia esencia sin violentarla y así coadyuvar a un crecimiento sano.
Así la palabra desarrollo es hablar de un proceso, es decir, de un paso a paso que sin sentir va creciendo en una estructura tan fuerte o tan débil como las habilidades, fortaleza y voluntad de cada quien lo permita.
Su desenvolvimiento estará trabajando de manera conjunta con la parte de bienestar físico y mental, aunado con un enriquecimiento de experiencias de toda índole. Cada ser humano en situaciones normales representa un potencial de crecimiento. Nace con capacidades de diferente intensidad y grado pero con lo suficiente para comenzar a crecer. La germinación de todo este conjunto de capacidades y habilidades se mantiene en esperanza cuando la vida de cualquier persona se transforma en plena dejando a un lado el concepto sólo de supervivencia.
Esta manera de pensar el desarrollo humano deja de lado las cuestiones materiales que sin dejar de ser importantes serán siempre la consecuencia de una persona en armonía interna y externa. Las actitudes diarias resultarán de una decisión y ésta el efecto de un deseo o una situación. Se nace libre pero con responsabilidad, es decir, aceptar todo aquello que de nuestros actos, palabras y actitudes se deriven.
Y todo esto depende del desarrollo que como persona en determinadas situaciones se enfrente a ello. Siempre con los valores que le dan al hombre su valor como humano.